Vamos con una de definiciones, palabras que las coach de sueño usamos muchas veces y conviene recordar para no perderse.
Rutina: secuencia invariable de acciones que se repiten cada día de la misma manera y más o menos a la misma hora, por ejemplo: baño, pijama, cena cuento y a dormir.
Ritual: son eventos que se realizan en el mismo orden, pero no están sujetos a horarios.
Hasta los 4 meses, realizaremos rituales con los bebés. Alrededor de los 6 meses, podremos empezar a establecer ciertas rutinas que les ayudarán a sentirse seguros, ya que les anticiparán lo que viene después de cada actividad.
Ventanas de sueño: es el tiempo que pasa despierto el bebé. Es importante conocer los promedios de sueño tipo, pero es más importante tener bien identificadas las ventanas de cada bebé.
Ritmo circadiano: es el “reloj biológico” del organismo y está controlado por la luz. Es el ciclo de sueño – vigilia del cuerpo. Es fundamental respetar este ritmo para tener un sueño adecuado. En el mundo en el que vivimos, adaptarse al ritmo circadiano de cada niño es un total desafío.
Melatonina: hormona que favorece el sueño. Se segrega en ambientes oscuros (por eso, a partir de los 4 meses, se recomiendan siestas a oscuras) y se encuentra de forma natural en nuestro organismo, pero en ocasiones se les puede administrar a los niños de manera “artificial”.
Cortisol: es la hormona “contraria” a la melatonina. Se libera como respuesta al estrés (y al sobrecansancio). Cuando un niño quiere dormir y no lo hace, libera cortisol para poder mantener su actividad. A mayor cortisol, menos melatonina y más dificultad para conciliar el sueño.
Muletilla: asociación externa para conciliar el sueño, por ejemplo: movimiento, brazos, pecho, sonido… Si el pequeño tiene muletillas asociadas al sueño, en cada uno de sus despertares esperará que éstas entren en juego para volver a dormirse.
Refuerzo intermitente: inconsistencia en las rutinas, hacer en cada momento de sueño una cosa diferente. Este refuerzo intermitente dificultará el avance en el aprendizaje de las habilidades para dormir.
Apego, paciencia, m/paternidad positiva: desafío constante al que te somete la vida en general, y tus hijos en particular. Acciones que a menudo son cuestionadas por su no pronta eficacia y, cuando funcionan, son achacadas a la suerte de tener “un buen niño”.
Estas acciones son posibles (no continuamente ni al 100%, al menos para mí) con trabajo y constancia, creyendo que se pueden criar niños que desafíen al mundo de locos en que vivimos, teniendo fe y confianza en nuestros hijos y paciencia para ver resultados.
“No te estoy diciendo que será fácil,
te estoy diciendo que valdrá la pena”
Art Williams
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